Ex hacienda San Antonio del Battán, un lugar extraordinario

Para eventos exclusivos e inolvidables en Querétaro

Un lugar espectacular sin cerca ni barda perimetral, rodeado “ciento por ciento de naturaleza”, para realizar reuniones corporativas, viajes de incentivos, bodas y eventos exclusivos y especiales, ubicado en el municipio de Corregidora, a 20 minutos de la ciudad de Querétaro.

Axel Trujillo/texto y fotos

Su privilegiada y estratégica ubicación geográfica, cercano a la mayor concentración urbana del país como es la Ciudad de México y su Zona Metropolitana, han convertido al estado de Querétero y, sobre todo, su capital del mismo nombre, en un gran atractivo para las inversiones en diversos sectores productivos y su consecuente desarrollo económico, y con ese marco los empresarios locales, entre ellos los del sector turístico, han encontrado un nicho de oportunidad para ofrecer diversos servicios, sobre todo de calidad y alta gama como demandan el perfil de su planta productiva y el mercado de viajeros.

En las últimas tres décadas la ciudad de Santiago de Querétaro ha tenido un crecimiento explosivo, pero conserva el encanto de su característico Centro Histórico, uno de los primeros puntos del territorio de la Nueva España en conspirar contra la Corona que desembocó en la lucha de independencia de 1810.

De aquella época colonial data la ex hacienda San Antonio del Battán, ahora convertida en un atractivo centro de eventos con capacidad para 750, que incluye servicio completo, y aunque no es hotel puede alojar hasta 40 personas.

El centro de eventos es solicitado con regularidad para reuniones organizadas por empresas e instituciones, bodas, banquetes y personas que desean estar en contacto con la naturaleza en un ambiente tranquilo, cómodo y seguro, alejado del ruido, pero a 20 minutos de la ciudad de Querétaro.

El Battán se localiza en el cercano municipio conurbado de Corregidora y su centro de eventos se ubica en un espectacular escenario natural, con lago artificial, terraza, capilla y jardín, área de coctel de bienvenida, carpa fija y estacionamiento privado.

“Lo encantador de este lugar es que carece de barda perimetral y de cercas, aunque todo el perímetro está protegido por cerros, árboles y cáctus, de naturaleza ciento por ciento, en comparación con otras propiedades similares de la entidad o de otros estados”, dice su propietario Alfredo Espinosa Leal, quien afirma orgulloso: “Es un lugar que no van a encontrar en ningún otro estado en México”.

“Un lugar extraordinario”

Tuvimos la oportunidad de conocer la ex hacienda San Antonio del Battán durante un viaje de familiarización organizado por MITM AMERICAS, feria pionera en Iberoamérica en congresos, convenciones y viajes de incentivos, realizada en octubre pasado en el Querétero Centro de Congresos y Convenciones (CCC), cuyo director general es Alfredo Espinosa Leal.

El anfitrión informó, mientras nos llegaba el apetitoso olor de carne asándose a las brasas, que la fundación de la ex hacienda San Antonio del Battán data de 1680, adquirida por su familia a principios del siglo pasado, cuyo abuelo la tuvo que vender, recuperándola en 1982.

A la fecha, agrega orgulloso Alfredo Espinosa, “tenemos la fortuna de poseer un gran espacio con salón de eventos que es el Salón del Lago, con capacidad para recibir hasta 750 personas. Lo contratan mucho para bodas, eventos empresariales y posee la casa con diez habitaciones para albergar hasta 40 personas. Se renta para familias, no es un hotel, pero podemos recibir huéspedes, pudiendo utilizar la casa grande para una familia y el apartamento o “casuca”, como le llaman, para otra familia o bien para toda la familia; posee alberca climatizada y pueden realizar diferentes actividades dentro de la propiedad o fuera de ella, tomándola como punto de partida hacia rutas de viñedos”.

El Battán, asegura, es una hacienda extraordinaria, con toda la comodidad y servicios, “con una paz y tranquilidad extraordinaria. La característica principal del Battán es que se trata de un lugar extraordinario, atractivo para bodas, reuniones, viajes de incentivos, con servicio de catering o banquetes, por lo que tienen capacidad para proporcionar el servicio totalmente, con habitaciones para familias”.

Es una propiedad de ocho y media hectáreas, más el casco de la hacienda de mil metros cuadrados, aproximadamente, con capilla, museo taurino, cava, cantina, cocina, jardín y fuente.

Durante el recorrido por la propiedad, Espinosa Leal invita a la gente a que los visite, por tratarse de “un lugar mágico, con mucha historia, que ofrece una seguridad extraordinaria, por lo que las familias tendrán una estancia feliz, extraordinaria”, con cuartos independientes, con actividades para los niños, jóvenes y adultos y con atención esmerada, cálida y de calidad, donde podrán degustar vinos y quesos queretanos.

También gozarán de fogatas y paseos en cuatrimotos, caminatas y otras actividades y deportes al aire libre. “Tenemos servicio de Wi Fi, pero estoy seguro que los huéspedes, sobre todo los más jóvenes, no lo utilizarán”, asegura.

Nos encaminamos hacia nuestro lugar en las mesas dispuestas para degustar carne asada de una parte especial de la res, chistorra, chorizo, queso y una deliciosa, por bien marina y cocida, suave y jugosa carne de jabalí, la sorpresa de la tarde, acompañada de vino queretano.     

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