La industria agroalimentaria en México ha sido un pilar fundamental en el desarrollo económico del país. Sin embargo, su crecimiento ha traído consigo importantes desafíos ambientales que requieren atención urgente, ya que el impacto al medio ambiente que genera este sector es significativo y requiere abordarse de manera prioritaria para garantizar su sostenibilidad para el futuro.
De acuerdo con el Reporte de Economía y Desarrollo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, el 58% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel regional son generadas por el sector agropecuario, silvicultura y otros usos de la tierra.
Tan solo en México el sistema alimentario, que incluye todas las actividades relacionadas a la cadena de valor de los alimentos, produce 30% de las emisiones de GEI según datos del Departamento de Nutrición Materna, del Niño y del Adolescente del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Por otro lado, el 76% del agua que se usa en el país está destinada a la agricultura, de la cual 57% se desperdicia debido a infraestructura de riego ineficiente o por las fugas, según información más reciente de la Comisión Nacional del Agua.
“Estos datos nos muestran que es imperante que las empresas relacionadas con esta industria tomen acción, adhiriendo a sus procesos estrategias sostenibles que mitiguen su impacto negativo de CO2 al ambiente”, comentó Cristian Bustos, CEO de Beeok, scale up de soluciones tecnológicas para ayudar a las compañías a acelerar su transición hacia prácticas más sostenibles.
En este contexto, gobierno, empresas y sociedad civil deben trabajar juntos para mitigar este impacto, así también el especialista en sostenibilidad apunta algunas estrategias para contribuir positivamente a la lucha contra el cambio climático:
- Cadena de suministro más sostenible: adoptar prácticas amigables en la cadena de suministro, desde la producción agrícola hasta la distribución, podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Innovación en productos y envases: Desarrollar productos con menor CO2 y utilizar envases eco amigables. Esto puede incluir opciones vegetarianas o veganas, así como envases biodegradables o reciclables.
- Eficiencia energética: Mejorar este punto en las instalaciones de producción y distribución, incorporando tecnologías más limpias y disminuyendo el consumo de energía no renovable.
- Gestión de residuos: Implementar sistemas de gestión de residuos eficientes, priorizando el reciclaje y la reutilización, para disminuir la cantidad de desechos que terminan en vertederos y aportan a la producción de CO2.
Estas estrategias, menciona Bustos, no solo ayudarán a las empresas a disminuir su impacto ambiental, sino que también pueden mejorar significativamente la percepción de estas y su posición en un mercado cada vez más consciente de la sostenibilidad.
Actualmente, Beeok cuenta con soluciones que permiten a los clientes de cualquier tipo de industria analizar no sólo su huella de carbono e hídrica sino también incrementar su cumplimiento de criterios ESG, poniendo así la Inteligencia Artificial y la ciencia al servicio del desarrollo social.