El Estado de Chiapas en México, destaca por su biodiversidad, gastronomía y tradiciones, que se potencializa cada vez más con los productos, ingredientes, servicios turísticos de su sello distintivo Marca Chiapas, valorada por visitantes nacionales e internacionales.
Texto y fotos: Dr. Antonio Montecinos
Espectaculares paisajes llenos de biodiversidad veo a través de la ventana del avión antes de aterrizar. La neblina nos recibe al atardecer, lo que me recuerda a la bella película “Un paseo por las nubes”, cuando llegamos al pueblo más mágico de los pueblos mágicos de México: ¡San Cristóbal de las Casas!
Hacía años que deseaba regresar al muy querido estado de Chiapas, y se logró gracias a la invitación de Fernando Zepeda para participar en el congreso de los 15 años de la marca Chiapas https://marcachiapas.com/, que es un sello distintivo, sinónimo de identidad y calidad de productos como el famoso ámbar y alimentos como el mango Ataulfo, café (los 3 con Denominaciones de Origen DO), artesanías como los famosos textiles étnicos y estilizados, turismo con hoteles, restaurantes, centros ecoturísticos como la Sima del Cielo https://www.simadelcielochiapas.com/, y cultura en donde destacan los museos cómo el de las artesanías de Chiapas que cuenta con una tienda de productos Marca Chiapas.
Fernando organizó un itinerario cultural y gastronómico. Fue por mí al Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo, que se encuentra a 31 kms de Tuxtla Gutiérrez, a 33 kms de Chiapa de Corzo y a 78 kms San Cristóbal de las Casas, en donde al llegar nos recibieron con una deliciosa cerveza verdaderamente artesanal y bien fría en la fábrica Jules. Ya más relajado me hospedaron en el Hotel Bo https://www.hotelbo.mx/es/index.html , concepto en hotelería boutique de lujo, que cuenta con la Cocina Bo de comida mexicana contemporánea con producto de la región, presentada por el chef Hugo Olivera. Recomiendo ampliamente el cerdo pelón, los huesos con tuétano y los pescados con su piel crujiente.
Al otro día muy temprano nos dirigimos al restaurante Tierra y Cielo, donde ya nos esperaba la chef Marta Zepeda, que entre un gran número de reconocimientos fue galardonada por la revista Food and Travel Reader Awards 2022, cómo la mejor Chef de México, que nos recibió con un aromático café recién hecho con pan de tascalate, elote y unas galletas deliciosas de almendra.
Antes de iniciar el viaje hacia la experiencia bio cultural y gastronómica que nos esperaba en Amatenango del Valle, organizada en conjunto con la Fundación Chiapas Gastrocultural, hicimos escala en la sede de Grupo Antsetik Spas Platones del Valle, donde nos recibió con su familia Paulina, Maestra Artesana que lidera un grupo de mujeres de la comunidad, quienes nos tenían preparado un delicioso desayuno local.
Recorrimos el taller para observar las técnicas, el horno, terminado de las piezas que se exponen y venden en la galería. Me dio mucho gusto saber que, gracias al turismo gastronómico, su nivel de vida e ingresos económicos han ido mejorando.
Al regresar a San Cristóbal de las Casas o San Cristóbal, fuimos a comer al Restaurante Tierra y Cielo https://tierraycielo.com.mx/, recibiéndonos el chef Kiev, quien lo dirige junto a la chef Marta Zepeda, cuya finalidad es expresar en su menú los sabores de Chiapas, con una cocina que capitaliza la riqueza cultural, tradiciones y recursos naturales del estado.
Marta y Kiev han remodelado casi en su totalidad el establecimiento con una gran inversión de amor y dinero en la decoración, vajillas, equipos, biblioteca, tienda de productos gastronómicos y artesanales. Quedo hermoso, funcional y han evolucionado sus menús, que ofrecen diversas opciones, por lo cual seleccioné el de degustación.
Probé 11 tiempos, todos con aromas y sabores que alimentaban mi espíritu, corazón, intelecto y, por supuesto, mi cuerpo, pero el que más llamó mi atención fue el tamal de fiesta de azafrán por su fondo histórico, cultural y sincretismo. El menú se puede maridar con 6 aguas o 6 cervezas artesanales (tienen su propia cerveza), 1 cerveza y 6 vinos (muy buenas opciones). Incluye café y comiteco añejo reserva 30 años (bebida regional).
El servicio fue excelente: una gran experiencia de 2.5 horas. ¡Muy buen costo-beneficio! Tierra y Cielo ofrece desayunos los fines de semana; recomiendo el omelette negro de mole coleto, la cazuela zoque, el pan de tascalate -un imperdible- y las mermeladas caseras.
Mejor camine
Para el turismo, San Cris tiene la gran ventaja de poderlo recorrer caminando: la mayoría de atractivos se encuentran en un radio no mayor a 3 kilómetros; la desventaja es que en su mayoría las calles están empedradas, tienen muchos desniveles las banquetas, por lo cual hay que ser muy cuidadoso y mirar al caminar.
Los recorridos que recomiendo son empezar en el Zócalo o Jardín Principal, que tiene un hermoso kiosco donde algunas veces tocan marimba y ¡se pueden bolear o lustrar los zapatos! Está el Palacio de Gobierno y el Museo de San Cristóbal (MUSAC). Muy cerca se encuentra la icónica e instagrameable Catedral de San Cristóbal Mártir, después seguì el andador 20 de noviembre para llegar al Templo de Santo Domingo de Guzmán, considerado la máxima expresión del barroco en Chiapas.
A un costado se encuentra el Museo de los Altos de Chiapas Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, con espectaculares instalaciones e impresionantes colecciones de textiles de México, Guatemala y el Centro de Textiles del Mundo Maya.
Al ver cosas tan maravillosas la pregunta es: ¿en dónde puedo comprar textiles originales a precios justos y con la marca Chiapas? Me recomendaron volver a regresar por el andador 20 de noviembre, en la catedral girar a la derecha e ir a Táabal (16 de septiembre No. 6, Centro), después tomar la calle Miguel Hidalgo también conocido como andador del Carmen (ya que al final se encuentra el famoso Arco del Carmen), en donde bebí un vigoroso chocolate con 70% de cacao en Cacao Nativa.
Más adelante en la esquina de la calle Niños héroes, está Casa de las Artesanías Chiapas. Después de las compras y ya con mucha hambre, vi en contra esquina Achiote Cochinita Pibil, donde devoré una gringa de cochinita con cebolla morada, dos tacos, un burrito con costra de queso y una refrescante agua de horchata.
Ya con el estómago lleno me dirigí a mi nuevo hospedaje el Hotel Casa del Alma https://www.casadelalma.mx/, un lugar que acoge con una calidez atemporal y comodidad contemporánea. Me dieron la Master Suite Chiapa de Corzo y me recibieron con una carta de bienvenida, en la cual me explicaron que fue la primera capital del estado y famosa por los característicos y folclóricos “Parachicos”, considerados patrimonio inmaterial por la UNESCO. En el comedor estaba un platón con fruta e ingredientes locales, que fue mi cena mientras disfrutaba de un masaje delicioso en el jacuzzi.
Al otro día ya recuperado, pero con “regordimientos” de tanto comer, aunque muy rico, salí a correr al SEDEM, espacio deportivo con pista de atletismo, para calentar y después subir al Templo de San Cristobalito o Iglesia del Cerrillo, desde donde tendrán hermosas postales de San Cristóbal. Pueden subir por la calle en auto y después bajar por las escaleras frente al templo o viceversa, según la condición física que tengan. Ya con unas calorías menos, desayuné en el hotel, que cuenta con el restaurante El Secreto, unos huevos con carnes frías y embutidos locales (famosos por sus técnicas e influencias de familias con origen europeo que aún perviven en San Cristóbal). ¡Ya estaba listo para el nuevo recorrido!
La primera visita fue a Na Bolom https://nabolom.org/, una asociación civil mexicana sin fines de lucro que, en el espíritu de sus fundadores, Frans Blom y Gertrude Duby Blom, se dedica a conservar, desarrollar y promover la cultura y el medio ambiente de Chiapas. Ofrece actividades y exposiciones eventuales como la de los lacandones que pude apreciar y lamentar que solo queda uno que se mantiene fiel a sus tradiciones y cosmovisión.
Para recuperarme de este amargo sabor tenía que beber algo muy especial, así que me trasladé a Jangala Cacao & Selva https://jangala.mx/, donde resaltan el valor de la tierra y trabajan directamente con las comunidades aplicando prácticas agroecológicas sostenibles para conservar la biodiversidad. Bebí jugo de cacao y por supuesto compré tabletas de chocolate, elaborados con cacao proveniente del Soconusco. Ya estaba listo para subir las escaleras del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, que ofrece preciosas vistas de la ciudad y su famoso andador con el mismo nombre.
El andador de Guadalupe ofrece un sin fin de opciones para comer, beber y comprar productos de la región, entre ellos los de Marca Chiapas. Los negocios que recomiendo para comprar el famoso ámbar que es de la región y por su gran calidad tiene Denominación de Origen (DO), textiles y accesorios son: la tienda de Arturo Cáceres, reconocido diseñador internacional de joyería y accesorios, Quinta Sol Joyería Casa & Boutique y Flora María Joyas de la Tierra. Todas en el andador, las dos últimas muy cerca ya del zócalo, y para recuperarse la Cafetería Cafeología https://www.cafeologia.cafe/, que considero más que una cafetería un “templo del café”, por lo que han hecho a favor de la educación en México, Colombia y Costa Rica. Sirven también desayunos ricos y un tanto diferentes por sus mezclas.
Para cerrar el día, tuvimos cena en el Restaurante Tarumba https://www.facebook.com/tarumba.mx/, servida en la barra del restaurante. Esta experiencia proporcionada por el chef Jorge Gordillo ofrece un viaje lleno de sabores, olores y recuerdos a través del maíz, cacao, insectos, fuego y amor para descubrir a qué sabe Chiapas.
El Restaurante se encuentra dentro del Hotel Sombra del Agua https://www.sombradelagua.com.mx/, un preciado ícono de la historia que data de 1907 y que marca su distinción como el primer hotel en Chiapas, inspirado en las reflexiones poéticas de Jaime Sabines. Me sorprendieron al llegar con un platón que tenía un enorme mango Ataulfo que se me deshacía en la boca y una suite con una terraza encantadora en donde dormí muy placenteramente.
Estilo gourmet
En este viaje a Chiapas desayuné muy gourmet y regional en el restaurante Marca Chiapas https://www.facebook.com/restaurantemarcachiapas/; en Tuxtla Gutiérrez comí en uno de los famosos, diversos y bulliciosos botaneros. También comí en el restaurante Otilia del chef Jorge León, que ofrece muy buenas porciones con una carta bien balanceada de vinos y un servicio al cliente muy experimentado, amable y profesional.
Visité el parque y museo de la marimba, el espectáculo de videomapping en la fachada de la Catedral de San Marcos. Cené en el folclórico y ameno restaurante de las Pichanchas https://restaurantelaspichanchas.com/. Para cerrar bebimos unos digestivos en Madre Cuishe Agave y Maíz, en donde me divertí mucho. Lllegué a descansar al hotel Holiday Inn, con instalaciones cómodas.
Antes de regresar visité rápidamente Chiapa de Corzo, que tiene cosas muy interesantes, sobre todo la fiesta grande de los Parachicos, a la cuál espero regresar en enero del 2025 y contarles más, pero no me podía ir sin beber una cerveza bien fría y comer en Zoque Comedor https://www.facebook.com/zoque.comedor, para después seguir al aeropuerto.
En los recorridos de los 3 destinos que visité, las carreteras estaban en muy buen estado y no tuve contratiempos en los traslados. Es cierto que en algunas poblaciones en las periferias hay problemas de inseguridad, pero no en todo el estado. Por el contrario, los prestadores de servicios trabajan en conjunto con las autoridades para dar confianza y seguridad a los turistas y viajeros.
Al visitar Chiapas encontrarás la ancestralidad y cosmovisión de sus pueblos originarios, la tradición por el respeto al usar ingredientes como el maíz, el cacao… de su enorme biodiversidad con sellos de calidad como Marca Chiapas, https://marcachiapas.com/ recetas originales y la innovación en las técnicas de preparación, presentación, servicio al cliente, elaboración de bebidas, menús-maridaje…, que lo están convirtiendo en un gran destino gastronómico.
Aclaración: Artículo no pagado. Se agradecen los apoyos a los prestadores de servicios, a la Secretaría de Economía y Trabajo del estado, ofrecidos de manera voluntaria y sin condicionamientos. Agradecimiento muy especial a Fernando Zepeda y a Marta Zepeda por la invitación, hospitalidad, acompañamiento, su enorme compromiso y amor por Chiapas, compartido por el autor.